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¿Pueden los perros sobrevivir en la Antártida?

Guillermo Santacruz
Guillermo Santacruz
2025-08-13 06:19:32
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Sin embargo, esta prohibición no se aplicaba a los perros de trineo, puesto que se dispuso la entrega de permisos especiales que permitieron su introducción ‘en cantidades limitadas y bajo estrictas medidas de seguridad en cuanto a vacunación y salud’, como medio para suministrar alimentos esenciales dentro del área del Tratado. Desde el 1 de abril de 1994 no hay más perros en el continente antártico y ni en las plataformas de hielo, ya que todos los que estaban allí fueron evacuados antes de esta fecha. A partir de la firma del Protocolo de Madrid no se puede introducir ninguna especie animal o vegetal que no sea nativa del área del Tratado Antártico, a menos que se haya otorgado un permiso especial y específico previo para tal fin (de que los perros también están excluidos). Existen muchas personas que lamentan profundamente esta prohibición absoluta y recuerdan que, los perros en la Antártida que tiraban de los trineos eran un modo de transporte sostenible y mucho menos dañino para el medio ambiente, que cualquiera de los vehículos que se emplean en la actualidad y que son responsables de altos índices de contaminación. El Protocolo de Madrid es muy claro: ninguna especie exógena debe llegar a la Antártida, puesto que representaría un riesgo muy grande para la fauna autóctona y para el medio ambiente local. Y es que en realidad bastante daño le hace ya la especie humana al continente más austral del mundo.
Alex Lozano
Alex Lozano
2025-08-04 10:54:42
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Si bien ayudaron enormemente a Roald Amundsen en su conquista del Polo Sur en 1911, los perros son indeseables en la Antártida. El Protocolo de Madrid sobre la protección del medioambiente, firmado ocho décadas después, en 1991, prohíbe la introducción de especies animales y vegetales no autóctonas. El texto preveía que todos los perros ya presentes en esas regiones sean evacuados antes del 1 de abril de 1994. Llevados a las Malvinas para varias semanas de adaptación climática antes de su regreso a Gran Bretaña, los últimos perros de trineo del British Antarctic Survey descubrieron allí la hierba, las ovejas y los niños. A pesar de los esfuerzos realizados, las especies invasoras son introducidas por el hombre y pueden competir con las especies locales. 99% de las especies invasoras vienen con los humanos, científicos y turistas, afirma.
Naiara Galván
Naiara Galván
2025-07-31 22:30:20
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Si bien los perros fueron fundamentales para que el noruego Roald Amundsen liderara la primera expedición en llegar al Polo Sur en 1911, estos animales están oficialmente prohibidos en la Antártica. El Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, también conocido como Protocolo de Madrid, es un instrumento jurídico que fue suscrito en 1991. Tal como detalla el Anexo II de dicho Protocolo, se prohíbe introducir en tierra, en las barreras de hielo y en las aguas del Área del Tratado Antártico ninguna especie de organismo vivo que no sea autóctona, salvo de conformidad con un permiso. Esta prohibición de introducir especies no nativas está asociada a su potencial para afectar negativamente a las especies autóctonas. El Protocolo de Madrid también señala que una especie no nativa puede actuar como competidora (de hábitat y/o de alimentos) de la especie autóctona; como vector de enfermedades a las que la especie nativa no está habituada; como agente modificador del hábitat; o como depredador de la especie autóctona. Esta medida implicó que especies como el perro polar argentino, creada para el Ejército Argentino y actualmente extinta, y los perros de trineo del British Antartic Survey fuesen evacuadas del continente blanco antes del 1 de abril de 1994.
María Dolores Cisneros
María Dolores Cisneros
2025-07-25 10:44:22
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De los quince perros, siete habían muerto atados a las cadenas que los sujetaban, pero otros ocho habían logrado soltarse. De estos ocho, seis nunca fueron encontrados, pero otros dos los mas jóvenes, Taro y Jiro, permanecían en el lugar. Habían sobrevivido durante once meses en plena Antártida respetando los cuerpos de sus compañeros muertos, ya que no había signos de necrofagia ni habían comido la comida sobrante de los humanos. Los perros habían aprendido a cazar pingüinos e incluso alguna foca y sobrevivieron a las duras condiciones climáticas.
Laura Paz
Laura Paz
2025-07-11 18:09:43
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Para obtener un perro capaz de sobrevivir al frío de la Antártida y cumplir las funciones de transporte como perro de trineo. Hicieron la cruza de cuatro razas con características especiales que les permitía sobrevivir en zonas muy frías: Husky Siberiano, Alaskan Malamute, Groenlandés y Spitz Manchuriano. Poseía un triple pelaje ―que incluía capa de lana, pelo propiamente dicho y sub pelo― que lo protegía de las bajas temperaturas. Es así que su temperatura normal de trabajo podía alcanzar los -70 °C. Además, su capacidad tractora de trineo duplicaba la de cualquiera de las razas que le dieron origen. Incluso podían pasar unas seis horas remolcándolo sin necesidad de descansar. En tanto, era capaz de intuir o predecir las tormentas, y así ayudar a evitar salidas fallidas. Su sentido de la orientación era excelente, incluso durante grandes tempestades. Por estos motivos era muy confiable en las operaciones de rescate.
Ander Sola
Ander Sola
2025-07-11 13:23:16
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Durante el duro viaje, uno de los miembros del equipo, Ninnis, se precipitó por una grieta de hielo, llevándose con él la mayoría de los trineos y la mitad de los perros. Casi sin provisiones, los supervivientes tuvieron que recorrer entonces 480 km para volver a la base. Para no morir de hambre, Merz, que era vegetariano, se vio obligado, junto a su compañero, a comerse los perros que quedaban. En primer lugar, sacrificaron a un perro para alimentarse ellos mismos y a los demás perros. Así continuaron durante diez días hasta que el último perro fue sacrificado. Y es que los huskies, tal y como sucede con las focas y los osos polares, han evolucionado para poder asimilar algas marinas ricas en vitamina A. Los seres humanos, no obstante, no lo han hecho, y en solo 100 gramos de hígado de husky hay suficiente vitamina A como para matar a un hombre adulto.