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¿Cuál es la historia real de Stubby el perro militar?

Zoe López
Zoe López
2025-07-11 11:34:06
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La historia de Stubby comenzó durante la Gran Guerra. Fue en 1917 cuando el soldado estadounidense J. Robert Conroy entrenaba para la guerra en los campos de la Universidad de Yale cuando encontró un cachorro de cola corta al que decidió adoptar y nombró Stubby. Se trató de un perro de raza Boston bull terrier, que en un comienzo paseaba por los jardines del campus en Connecticut mientras los integrantes del Regimiento 102 de Infantería de la 26 División Yankee se entrenaban para ir al frente. Fue en octubre de 1917, seis meses después de que Estados Unidos decidió iniciar su participación en la Primera Guerra Mundial, que la unidad tuvo que trasladarse a Francia. Pero, como ya estaban encariñados con el animal que se volvió recurrente en sus entrenamientos y en su rutina, tomaron una contundente decisión: llevarlo escondido en el depósito de carbón a bordo del barco SS Minnesota. El Regimiento 102 de Infantería se desplegó en el frente el 5 de febrero de 1918. Se estableció en Chemin des Dames, al norte de Soissons. Durante semanas, se adaptaron al constante sonido de los rifles y la artillería pesada. En abril, la brigada participó en el ataque a la ciudad alemana de Schieprey, donde Stubby sufrió su primera herida de guerra. Todo se dio mientras se encontraba en la parte superior de la trinchera, cuando una granada arrojada por los alemanes, que estaban en retirada, explotó cerca de él, resultando herido en una pata y siendo enviado al hospital para recuperarse. Una vez recuperado, Stubby regresó al frente y, al parecer, su primera herida en batalla le dio ciertas habilidades: se hizo más sensible al menor indicio de gas, un “don” que resultó crucial cuando las armas químicas entraron en juego. Además, su agudo sentido del oído también fue invaluable: podía detectar los silbidos de los obuses y alertar a las tropas para que buscaran refugio. También, la mascota del Regimiento 102 tenía la habilidad de localizar a los heridos entre las trincheras, guiándolos hacia los paramédicos o incluso ayudando a encontrar a los soldados perdidos. Como si eso fuera poco, durante el episodio de Meuse-Argonne, en donde la ofensiva final de la Gran Guerra marcó la victoria de las fuerzas estadounidenses, el “soldado” Stubby puso a prueba su habilidad para distinguir idiomas, puesto que logró atrapar a un espía alemán que estaba escondido. Por este notable acto, el oficial al mando del 102 Regimiento recomendó que Stubby fuera ascendido al rango de sargento. Lo convirtió, así, en el primer perro en recibir tal distinción en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Cuando regresó al país, Stubby se convirtió en una figura reconocida, por lo que formó parte de varios desfiles que se llevaron a cabo por diversas ciudades y que finalmente lo llevarían a conocer a tres presidentes: Woodrow Wilson, Calvin Coolidge y Warren G. Harding. Stubby murió a los nueve años de edad, en 1926, mientras dormía. Tras su muerte, su cuerpo fue disecado y luego donado al museo Smithsoniano, en donde actualmente se exhibe. La placa de heroico perro en el Camino de Honor del Memorial de la Libertad en Kansas City. La placa lo reconoce como el héroe que fue: “Sargento Stubby, un héroe canino de la Primera Guerra Mundial. Un valiente vagabundo”. En 2018, la productora Fun Academy Motion Pictures lanzó la película animada Stubby, un héroe muy especial, que narra su vida.
Marta Santana
Marta Santana
2025-07-11 10:04:05
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Encontrado por el cabo Robert Coroy en el campus de la Universidad de Yale en el año 1917, sirvió en el Regimiento 102 de Infantería de Estados Unidos. Fue en ese periodo cuando, durante los entrenamientos para la guerra, cuando este militar se encontró con un cachorro, al que nombró Stubby. Un perro que se convertiría en el perro más condecorado de la Gran Guerra. Cabe destacar su papel clave para evitar ataques con gas mostaza en la ciudad francesa de Chemin des Dames. También fue fundamental para advertir a la tropa de la posible presencia de espías, y del sonido de lo proyectiles. Además, era capaz de localizar a los heridos en el frente de batalla. De hecho, llegó a desenmascarar a un espía alemán. La web del Departamento Militar de Connecticut narra cómo capturó al soldado germano y lo mantuvo inmovilizado hasta que llegaron los soldados para completar la captura. Finalizado el conflicto bélico, y a su regreso a Estados Unidos, se convirtió en una celebridad en el país por su labor en la Gran Guerra. En el año 1921, fue condecorado por el general John J. Pershing con la medalla de oro de la Humane Society of the United States. Murió en el año 1926. Según informa la revista ‘Star and stripes’, fue disecado. El New York Times le dedicó un obituario de más de media página. No fue hasta el año 2006 cuando, en el Kansas City’s Liberty Memorial, se colocó una placa en el que se le rindió homenaje. En la misma, se puede leer lo siguiente: “Sargento Stubby un héroe canino de la I Guerra Mundial. Un vagabundo valiente”.