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¿Cuál es la historia detrás del juguete para perros Kong?

Lucía Guerra
Lucía Guerra
2025-06-09 07:52:00
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Tal y como cuentan en la página web oficial de la marca KONG, su historia comienza cuando el fundador de la marca, Joe Markham, prueba todo tipo de elementos para que su perro deje de mordisquear absolutamente todo. Así, descubrió el caucho como material interesante para jugar a raíz de que le dio a su perro un trozo de caucho con forma de muñeco de nieve. Y a raíz de aquí, todo comenzó. Joe Markham, decidido a probar que sus ideas de juguetes eran las más duraderas, decidió probar la calidad de sus productos a través de Chomps, un perro de mandíbula mecánica. De esta manera, podía mostrar al mundo cuan resistentes eran sus productos. Fue tal su triunfo que, desde sus orígenes en 1970 en Golden (Colorado, EE.UU), ha trazado un memorable recorrido que sigue hoy en día, con ventas en más de 80 países y líder mundial en juguetes para perros y gatos.
Luis Marcos
Luis Marcos
2025-06-02 11:37:35
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Hacia el año de 1970, el inventor del juguete Kong, Joe Markham, era el dueño de un taller automotriz en el centro de Denver, ciudad que por aquellos años presentaba un índice muy alto de robos. Altamente frustrado por los constantes robos, Markham decidió acercarse con la policía local para solicitar que se realizaran más patrullajes en el área, sin embargo, ellos denegaron la petición debido a la falta de presupuesto, por lo que instaron al propietario a conseguir un perro guardián que se encargase de cuidar el establecimiento contra los ladrones. Markham siempre había sido un amante de los perros y justo por aquellos días conocía a alguien que estaba dando en adopción a un cachorro de pastor alemán llamado Fritz, que no logró pasar las pruebas caninas para convertirse en perro policía por “masticar sin control”. Un tope de goma en forma de cono bulboso quedó expuesto y al alcance de Fritz, quien no dudó ni un segundo en hacer gala de su fama de masticador, y robó la pieza para masticarla tranquilamente en su cama. Claramente la pieza debió ser reemplazada por Joe, pero el asombro fue mayúsculo cuando se dio cuenta de que, gracias a su composición de goma, y a su forma cónica hueca, la pieza era capaz de soportar la poderosa mordida de Fritz sin romperse, por lo que era claro que un excelente juguete para perros. Ni tardo ni perezoso, Markham comenzó a trabajar y a probar con diferentes composiciones de goma y caucho para encontrar el grosor y la mezcla perfecta que le permitieran construir un juguete prácticamente indestructible para perros. Tras muchos años de trabajo, Markham comenzó a vender Kong en el año de 1976 y su primera figura fue una de muñeco de nieve. Es así como una pieza común de un antiguo Volkswagen inspiró uno de los juguetes para perros más famosos del mundo.
Isabel Carmona
Isabel Carmona
2025-05-24 00:51:11
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En 1970, el inventor de KONG, Joe Markham, fue propietario de un taller de reparación de autos en el centro de Denver, que era susceptible a robos. Frustrado, el mecánico de automóviles de 25 años se dirigió a la policía, solicitando más patrullas en la zona, pero su petición fue denegada debido a recortes presupuestarios. Por coincidencia, Markham sabía de un cachorro que necesitaba un hogar y que podía conseguir gratis. Fritz, un adorable pastor alemán, acababa de reprobar la división canina de la academia de policía por “masticar excesivamente”. Markham nunca lamentó su decisión de adoptar a Fritz, pero poco después de hacerlo descubrió el alcance de la adicción a masticar del perro. Joe recurrió a veterinarios y otros expertos en comportamiento canino para tratar de resolver el problema. Entonces, un día, mientras trabajaba en un Volkswagen Tipo2 Bus de finales de los años 60 para un cliente, Markham escuchó a Fritz volver loco. Con la suspensión del vehículo en estado de desmontaje, el canino loco por los mordiscos consiguió apoderar de un tope de eje de goma bulboso que se desprendió de la pila de piezas. Y no lo estaba rompiendo. La naturaleza flexible, pero resistente, de la goma y su forma hicieron que el tope fuera ideal para un perro como Fritz. Markham pensó: Este sería un buen juguete para perros. Markham pasó los próximos seis años experimentando con la composición, el tamaño y la forma del juguete de goma. Markham se decidió por un diseño muy similar al tope del eje. Markham comenzó a vender el KONG con forma de muñeco de nieve en 1976. Fue un éxito instantáneo, y hoy en día millones de juguetes KONG han encontrado hogares con perros en todo el mundo, gracias a un perro que no dejaba de masticar una parte de un Volkswagen.
Álvaro Jiménez
Álvaro Jiménez
2025-05-23 23:04:47
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En 1976, en un rincón de Colorado, Joe Markham regentaba un modesto taller mecánico donde nunca faltaba el trabajo y, por ello, su mejor amigo, su perro Fritz, pasaba las largas jornadas junto a él. Una compañía querida pero no exenta de disgustos, especialmente cuando Markham sorprendía al revoltoso pastor alemán mordisqueando cualquier cosa para matar su aburrimiento. Y cualquier cosa significaba precisamente eso, cualquier cosa. Incluidos objetos peligrosos para los dientes y las mandíbulas del animal como los palos y las piedras, que ya le habían costado varias angustiosas visitas al veterinario. Pensando que la mejor solución quizá sería encontrar un objeto que pudiera morder a placer sin hacerse daño, el mecánico probó sin éxito con una gran variedad de ellos. Hasta que, un buen día, al trabajar en la suspensión trasera de una furgoneta Volkswagen, uno de los topes de goma que limitan el recorrido de los amortiguadores quedó por el suelo del taller y atrajo la atención de Fritz. Markham comprobó que el perro disfrutaba mordiéndolo, pero no era capaz de destrozarlo ni tampoco ponía su dentadura en peligro. Acababa de nacer el Kong, un juguete canino que a día de hoy es famoso en todo el mundo. Una idea nacida de la casualidad Mirándolo bien, el producto estrella de Kong, su juguete mordedor, apenas se diferencia de la pieza que dio pie a su existencia. Dotado con varios anillos de caucho que componen una forma de pera, el Kong clásico cuenta con dos aberturas, una en su parte superior y otra en la inferior, que permiten rellenarlos con comida para animar al perro a que juegue. Cuando lo muerde, el Kong se convierte en un rival imposible de batir que constantemente estimulará al can para que aumente o module la fuerza de su mordida, proporcionando así una satisfacción sana de sus instintos de pelea además de proteger la salud de su mandíbula. Asimismo, su forma y su construcción en goma motiva que, al utilizarlo nosotros para jugar con él lanzándoselo, rebote con facilidad creando rutas erráticas que añaden emoción al juego de buscar y traer. El tope de suspensión de Volkswagen que inspiró al Kong sigue fabricándose y, por medio de la industria auxiliar de componentes, sigue siendo posible adquirirlo para cuidar como se merece a los Escarabajos y furgos que todavía se conservan. Ahora ya sabes que, si eres aficionado a estos clásicos, es mejor mantener esta pieza lejos del alcance de tu perro. Por si acaso.