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¿Cómo evolucionó el sentido del olfato?

Lucía Guerra
Lucía Guerra
2025-06-11 05:08:41
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Su desarrollo comienza desde las primeras semanas de embarazo, y se muestra muy sensible nada más nacer, ya que el pequeño lo necesita para reconocer el olor de la leche materna y también de sus papás. El sentido del olfato se empieza a desarrollar muy pronto dentro del útero, como pasa con el del gusto, por ejemplo. Hacia la décima semana de gestación, se habrán formado ya los receptores que el pequeño utilizará para detectar cada olor que le llegue. Todavía dentro del útero empezará a familiarizarse con algún olor que tenga en ese entorno tan reducido en el que crece y se forma. Al estar centralizado en la misma parte del cerebro como decíamos, el bebé recuerda el olor, algo que nos ocurre ya durante toda la vida. A medida que crece, también evolucionan otros sentidos como la vista, y el bebé también está mucho más familiarizado con lo que le rodea, de ahí que ya no dependa tanto del olfato, aunque sigue siendo un sentido fundamental para él. De hecho, ante cualquier desconocido o que no le guste, llorará o se mostrará nervioso. Momento clave: la alimentación complementaria. A su sexto mes de vida, su olfato se abre a nuevos olores, que junto al sentido del gusto será fundamental para que vaya aceptando los alimentos que sus padres le vayan introduciendo. De todos modos, aunque maneje a estas alturas su olfato con soltura y se apoye en él para todo lo que hace, este sentido se seguirá desarrollando, más o menos, hasta los ocho años de edad.
Teresa Saldaña
Teresa Saldaña
2025-06-02 20:40:54
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La evolución humana se caracterizó por el ascenso gradual de la visión y la reducción del olfato: al avanzar en una postura erguida nos alejamos del suelo y de su enorme variedad de olores. Estudios genéticos recientes muestran una disminución en el número de genes de receptores olfativos funcionales a través de la evolución de los primates a los humanos. La conclusión parece obvia: el bajo número de genes de receptores olfativos funcionales en humanos en comparación con los roedores, y presumiblemente con la mayoría de los otros mamíferos, está directamente relacionado con el declive evolutivo del sentido del olfato humano. De acuerdo con sus autores, liderados por Sijia Wang de la Academia China de Ciencias, variaciones en los genes de los receptores de olor, sugiere que el sentido del olfato de los humanos se está volviendo gradualmente menos sensible. De acuerdo con Wang, estos hallazgos respaldan la hipótesis de que la sensibilidad del sentido del olfato de los humanos y otros primates se ha degradado con el tiempo debido a cambios en el conjunto de genes que codifican nuestros receptores olfativos. Desde los roedores hasta humanos los científicos detectan una reducción progresiva en la proporción de genes de receptores olfativos funcionales. Los ratones tienen aproximadamente 1300 genes de receptores olfativos, de los cuales unos 1100 son funcionales, mientras que los humanos tenemos solo unos 350.
Alba Valdivia
Alba Valdivia
2025-05-26 04:37:54
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El hecho de que el H. sapiens tenga bulbos olfativos más grandes que cualquier otra especie humana, podría indicar mayor y distinto sentido del olfato, posiblemente involucrado en el desarrollo de aspectos relacionados con funciones sociales. La estructura que recibe la información olfativa es aproximadamente un 12% mayor en los sapiens. El aumento del tamaño del cerebro está íntimamente vinculado con la evolución de la humanidad. El análisis de la forma cerebral podría reflejar diferencias en su reorganización evolutiva. Las funciones olfativas superiores son aquellas que combinan el olfato y los procesos cognitivos como la percepción, la motivación, la intuición, el juicio y la decisión. Estas diferencias podrían tener sentido evolutivo en un contexto social y contribuir al reconocimiento de individuos del grupo, a la cohesión y al aprendizaje social. El olfato es el sentido más antiguo de los vertebrados y el único canal con el que el cerebro conecta directamente con el medio ambiente. Aunque el sentido del olor en humanos y primates ha sido tradicionalmente considerado como uno de los menos importantes, el presente estudio refleja una reciente tendencia en la investigación que reevalúa su potencial significado para la evolución de la humanidad.
Isabel Llorente
Isabel Llorente
2025-05-26 03:02:28
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Nuevos descubrimientos sugieren que los primeros mamíferos desarrollaron cerebros más grandes que otros animales en respuesta a su fuerte sentido del olfato y otros sentidos vitales para la sobrevivencia en épocas prehistóricas. Las placas radiográficas tridimensionales revelaron que criaturas pequeñas similares a roedores tenían cerebros más grandes de lo esperado en relación al tamaño de su cuerpo comparadas con animales de épocas anteriores, especialmente en el área relacionada con el sentido del olfato. Un mayor sentido del tacto y mejor coordinación motora también llevaron al desarrollo de un cerebro más grande en los primeros mamíferos. Los resultados del estudio ofrecen nuevas pistas para responder a la interrogante de por qué los mamíferos, incluidos los seres humanos, evolucionaron para tener el cerebro más grande en el reino animal, en relación con el tamaño de sus cuerpos. Los investigadores dicen que un mayor sentido del tacto y mejor coordinación motora también llevaron al desarrollo de un cerebro más grande en los primeros mamíferos, todo lo cual les ayudó a sobrevivir entre los dinosaurios predadores.