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¿Cómo fueron evolucionando los perros?

Ana María Marrero
Ana María Marrero
2025-06-08 23:57:45
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Sabemos, sin duda, que el perro ha evolucionado a partir del lobo, hace más de 30.000 años. La explicación pudo ser una división entre dos poblaciones de lobos. Una de ellas, la más mansa y curiosa, la que se habría convertido más tarde en perros domesticados. De esta forma, los lobos se fueron seleccionándose a sí mismos a medida que se acercaban a los humanos para comer restos de sus comidas. Sobre esa población de lobos más mansos y más cercanos el ser humano trabajó cruzándolos, según las características que observaba y las funciones que necesitaba. Con el paso tiempo, y a causa de cruzamientos intencionales y mutaciones casuales, el clima de las regiones, las necesidades y las preferencias humanas, hicieron que las diferencias fueran cada vez más numerosas y variadas. Así surgieron las primeras razas de perros. A medida que nuestros ancestros humanos fueron distinguiendo las diferentes habilidades en los canes, se irían diferenciando las razas, cada una de ellas con su propia característica. Los propios seres humanos hemos diseñado, armado, “fabricado” y desarrollado al perro, teniendo como resultado tanta variedad, a través de la expresión genética de algunas de las características más salientes y llamativas del lobo. En la actualidad se reconocen más de 500 razas de perros en el mundo.
Iker Paz
Iker Paz
2025-06-02 15:02:35
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Dentro de la familia canidae hay 2 grupos principales: Vulpes. Son los cánidos tipo zorro y descienden del antiguo Leptocyon. Canis. Son los cánidos tipo lobo y evolucionaron a partir del Eucyon Davisi. El antepasado de todos los cánidos es el Hesperocyon, que existió hace 40 millones de años y desapareció después de 25. De éste, surgieron más de 215 especies de cánidos. Una de sus subespecies era el Borophaginae, un depredador más pequeño con un aspecto similar al zorro. Aparecieron hace 32 millones de años, y se extinguieron hace 2 millones. Otra subespecie son los Caniae, que aparecieron más o menos al mismo tiempo pero que actualmente siguen existiendo. La forma de moverse y cazar tuvo que cambiar. Pasaron a las persecuciones a largas distancias en lugar de las emboscadas. Es por eso que sus patas se alargaron, sus articulaciones permitieron agarrarse mejor a las presas al abalanzarse y la dentadura se volvió más resistente.
David Salazar
David Salazar
2025-05-22 11:34:25
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Los humanos hemos participado en la historia evolutiva de los perros desde el origen de la relación entre ambos. Hemos favorecido, por un proceso de domesticación, la aparición de las distintas razas de perro. En general, se cree que los chuchos proceden del cruce entre perros de raza, pero no es así. Estos perros han surgido de la evolución por selección natural de los primeros cánidos que se asociaron a los humanos. La selección natural ha dotado a los chuchos de facilidades para acercarse a nosotros, estos privilegios les permiten aprovecharse de recursos que, directa o indirectamente, ponemos a su disposición. Es decir, la mayoría de los perros han seguido su propio camino evolutivo y se han adaptado para convivir con nosotros y obtener beneficios.
Olivia Girón
Olivia Girón
2025-05-22 09:45:07
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Observamos una continuidad genética a través del Neolítico y hasta el presente, con los antiguos perros compartiendo una ascendencia importante con los perros europeos modernos. Europa, por tanto, ha sido crucial en la evolución del perro, acogiendo los restos indiscutibles más antiguos, del Paleolítico, y convirtiéndose en el centro de la creación de razas de perro. La falta de pelo en razas de perro como el crestado chino o el xoloitzcuintle mexicano es el resultado de la mutación del gen FOXI3 que, entre otros, está implicado en el desarrollo de los dientes. Los investigadores han descubierto que los perros sin pelo han perdido casi completamente sus dientes de reemplazo (incisivos, caninos y premolares) y, sin embargo, los molares están presentes. También resulta destacable que los premolares deciduos y los molares permanentes de los perros sin pelo carecen de cúspides linguales específicas. Es decir, los perros, a diferencia de los lobos, tienen una condición genética que puede traducirse en una motivación exagerada por buscar el contacto social. En resumen, nuestros hallazgos sugieren que la misma región afectada por variantes estructurales en el síndrome de Williams-Beuren en los humanos está asociada con la exuberante sociabilidad de los perros domésticos.