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¿Cuál es la historia del Mastino napoletano?

Lucas Izquierdo
Lucas Izquierdo
2025-07-09 13:01:49
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El lector se dará cuenta de que evito utilizar el nombre de Mastín Napolitano. La razón es simple: el perro que llamamos Mastín no existía aún; tenía entonces otros nombres: perro de presa, carne corso, moloso... Tras la polémica para encontrarle un nombre oficial Scanziani prefería llamarle “Moloso romano”, en recuerdo a los perros introducidos en Roma por el cónsul Pablo-Emilio; otros querían llamarle “Moloso italiano”, recordando al perro guardián respetuoso y amado en el transcurso del Renacimiento. Finalmente los napolitanos quisieron recompensar la perseverancia de los habitantes de la campaña, sin los cuales esta raza, a punto de extinción, hubiera desaparecido finalmente. El boceto sobre el estándar dirigido por Soldati se confeccionó con las indicaciones de Scanziani, de Solaro y de Fritz Leingruber, cinófilo suizo y especialista en molosos. Finalmente, en 1949 la raza fue reconocida oficialmente por L.E.N.C.I. El mismo año Soldati y sus amigos se reunieron en Nápoles y fundaron la S.I.M. (Sociedad Italiana del Matín), que, según sus estatutos, tenía por misión “favorecer el aumento y la difusión del Mastín Napolitano llamada aún Mastín Italiano”. La acogida que los medios de la cinofilia oficial reservaban al Mastín Napolitano fue más bien problemática. Los jueces de esta época que no conocían este tipo de perro le aplicaban criterios que utilizaban para otras razas. Coincidían en darle más importancia a la construcción del perro que a su tipicidad, puesto que no era conocido y al no estar definido suscitaba a errores entre ellos mismos. En la región de Nápoles se hacía distinción entre perros “para exposición” y perros “a nuestra manera”. Estos últimos eran únicamente utilizados para reproducción. A pesar de querer todos un carácter fuerte se crearon verdaderas razas genéticas, las cuales producían fenotipos bien diversas. Por ejemplo los sujetos de Gennaro Giacco (aún llamado Zaccaro) eran cortos de patas, muy robustos y caracterizados por sus grandes diámetros transversales. Eran conocidos –aún hoy- por perros de tipo “zaccaroide”. Otros seleccionados por Paolo Testa eran a la vez más ligeros, más altos y más delgados. Sería demasiado largo hablar sobre la descendencia de este perro. Es obligado hacer la observación de que el criadero de Scanziani, en el intervalo del nacimiento de “Ursus de Villanova”, el primer campeón de la raza (sin duda el padre en la genealogía de la raza), al CH. “Tiberio”, seguido de CH. “Ovidio”, dan origen a una importante línea del criador Mario Querci. Después de adquirir “Fiama”, su primera campeona, Querci inscribió en 1954 en Prato los tres primeros cachorros nacidos de este hembra y de “Ursus de Villanova”. Así empezó su debut en una actividad de selección que duraría más de 40 años, ayudando a consolidar definitivamente la raza con la creación de un verdadero “modelo dentro del modelo”. A pesar de su desaparición, un Mastín de Di Ponzano se distingue en un ring con decenas de otros sujetos.