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ARTÍCULOS

CLUB NACIONAL DEL DOGO ESPAÑOL

EL BRAVO CON SU DOGO ESPAÑOL


 

EL BRAVO CON SU DOGO ESPAÑOL

 Eduardo De Benito 1/10/2021

 

“El Bravo” es una escultura en bronce sobre base de mármol, con unas medidas de 255 x 70 x 80 cm realizada por Agapito Vallmitjana (Barcelona, 1832-1905) Representa a un hombre ataviado con túnica clásica. Por su actitud, sujetando un enorme perro de presa, parece una alegoría del Circo romano. Sin fecha exacta de su creación, tuvo que ser a finales del S. XIX, por el periodo de vida de su creador. Esto es importante para la cinofilia, ya que el origen de la escultura se data con anterioridad a la entrada en España de perros de presa foráneos, promocionada por los valedores de la Real Sociedad Canina.

El modelo que inspiró al artista tuvo que ser un Dogo Español, animal relativamente frecuente en el área de Cataluña. El Dogo Español, con posterioridad denominado “perro de presa español” por la RSCE, fue un perro habitual en el siglo XIX, como atestigua la prensa de esa época. Resulta sorprendente el número de anuncios breves que, por ejemplo, en el “Diario de Avisos” de Madrid aparecen, en el que se vende “perro dogo” o se ofrece una recompensa por la entrega de un “perro dogo” perdido.

Otro ejemplo de la popularidad del Dogo Español es el ejemplar que se exhibía en el “Jardín Zoológico de Aclimatación” de París. En el año 1870 este zoológico contaba ya con un ejemplar de la raza entre la amplia variedad de animales de todo el mundo que se exhibían allí. El perro fue un regalo del rey Alfonso XII, regente. Sobre este perro aparece nota en el diario galo “Le journal des Coiffeurs”, en un artículo en que se narra un paseo por el “Jardin D’Acclimatation”, y el autor va describiendo aquello que más ha llamado su atención. .

Dice el texto francés: "No olvidemos mencionar un gran dogo español, donado por Su Alteza el Príncipe de Asturias. Este colosal espécimen de la raza canina destaca tanto por su mansedumbre como por su prodigiosa fuerza, que le permite desgarrar y mover con facilidad enormes bloques de piedra, utilizando sus dientes y garras”

Uno de los problemas con el que nos encontramos a la hora de abordar la información sobre razas caninas españolas en los siglos XIX y XX es el de la confusión etimológica habitual en la prensa, revistas y libros. Se emplean sin ningún rigor técnico términos como “alano”, “dogo”, “bulldog español”, “perro de presa” intercambiados y atribuidos con gran liberalidad, creando la confusión que hoy padecemos si no somos capaces de aplicar un escrupuloso rigor técnico para inferir a cuál de estas castas el autor hace referencia. Es el resultado de la inexistencia de una verdadera cinofilia en España en aquellos años. En su primer medio siglo de existencia la RSCE no ejerció labor cinológica alguna respecto a las razas españolas. No incentivó a veterinarios, zoológos, zootecnistas a investigar sobre ellas, por ejemplo, mediante becas o premios. Esa labor sí la realizaron la “Société Centrale Canine” francesa y el Kennel Club inglés y por ello sus razas nacionales estaban ya definidas y estandarizadas a finales del siglo XIX.

Agapito Vallmitjana fue uno de los escultores más destacado de su época. En el estanque del parque del Retiro madrileño, en el grupo escultórico central que adorna la figura de Alfonso XII a caballo, existe frontalmente una escalinata que penetra en el agua del estanque. Los cuatro leones que la custodian, en actitud vigilante, son obra de Agapito Vallmitjana.