Cerrar precarga

ARTÍCULOS

CLUB NACIONAL DEL DOGO ESPAÑOL

DOGO ESPAÑOL, FRAGUA Y REGRESO


.
DOGO ESPAÑOL, FRAGUA Y REGRESO (por Fco. Rincón, afijo Los Tercios)
Pasa con el dogo español, para fortuna de todos, que pese a su “perpetua” caída, constante en los últimos cien años, nunca se disolvió, de manera absoluta, en el mar de los olvidos.
Demasiados años de retazos, incapaz de persistir en algo que no fuese poco más que un testimonio residual de nuestros perros de presa, terminó despertando un cierto sentido de responsabilidad en un reducido grupo de entusiastas, patrios y foráneos, en el crepúsculo de la primera década del presente siglo. Determinante, en este sentido, fue la involucración de personas tanto de dentro como de fuera de nuestro país y que habían participado, de diferente forma, en procesos de esta naturaleza, como por ejemplo la recuperación del Alano español o del propio Cane Corso.
Es entonces cuando se fragua y se traza un minucioso plan con el fin de recuperar esta antigua estirpe de perros autóctonas y darle viabilidad independiente como raza reconocida. Raza, no olvidemos, que había contado durante décadas y de manera sistemática y constante, con reconocimiento oficial, tanto dentro como fuera de nuestro país, bajo la nomenclatura de presa y/o dogo español.
Desde ese momento y por algo más de un lustro, este pequeño grupo trabajó en la más estricta confidencialidad, reproduciendo ejemplares previamente seleccionados y atendiendo a criterios estrictamente técnicos.
El objetivo inmediato era afianzar una sólida base genética sobre la que cimentar el futuro regreso de la raza.
Pese a la difícil situación, en marzo del año 2014 se hace público el proyecto mediante la constitución del 1º Club de la raza de toda la historia. Nace entonces el Club Nacional del Dogo Español (C.N.D.E.). Desde ese mismo instante es el Club y más concretamente su Comisión de Cría, la que marcará el paso de los designios de la raza.
Con la salida a la luz pública del proyecto se despierta la curiosidad natural, tanto de aficionados particulares, como de miembros de entidades reconocidas oficialmente, dentro del mundo de nuestra Cinofilia.
Fruto de este nuevo estado sería la invitación y participación como raza, el 7 de noviembre del 2015, en el I SYMPOSIO de Razas de Agarre Hispanas, evento de la Sociedad Canina de Murcia, en Torrepacheco, avalado por la Comisión de Razas Españolas de la RSCE. Allí se dio cita, por primera vez en la historia, el Dogo Español junto a sus razas “hermanas”, que no eran otras que el Alano Español, Presa Canario, Ca de Bou y Villano de las Encartaciones. Fue en dicho evento donde, además de una ponencia específica sobre la raza bajo el título de “Historia de un volver a empezar…”, impartida por el Vicepresidente (D. Fco. Javier Parra Gordillo) y Presidente del C.N.D.E. (D. Fco. Rincón), jueces y aficionados, que lo desearon, por primera vez, desde el inicio del proceso de recuperación, pudieron contemplar en vivo un soberbio ejemplar macho de nombre Jirón de Los Tercios. Ejemplar este, que pese al paso de los años, sigue encarnando, de la mejor manera, los valores esenciales de la tipicidad de la raza.
Dentro de ese salto mediático y divulgativo, trascendental sería lo acontecido el 16 de agosto del 2016, en Molina de Segura (Murcia). Allí y después de algo más de 8h de intensas reuniones se alcanza un acuerdo por el cual la raza pasaba a contar con un Libro Genealógico Oficial, cumpliendo con todo lo requerido en materia legislativa vigente y aplicable (RD 558/01, RD 1557/05 y 174/91 UE). A dicha reunión, y como colofón de todo un proceso previo de negociación, asistieron: el Sr. D. Pedro Serrano (Asociación Canina Nacional ACCAM), la Sra. Dña. Mª Eugenia Ribelles (Presidenta de Alianz Canine Worldwide), el Sr. D. Daniel Bensusan (Responsable de pruebas de trabajo de la Asociación Canina Nacional ACCAM), el Sr. D. Javier Parra (Vicepresidente del Club Nacional del Dogo Español C.N.D.E.) y Francisco Rincón (Presidente del Club Nacional del Dogo Español C.N.D.E.).
La raza pasaba a estar encuadrada en el Grupo II (Perros de Trabajo) y se abría la puerta para su participación, reconocimiento y registro, en más de 90 países.
Las consecuencias no tardaron en aparecer. El 4 de septiembre del 2016 en la sevillana localidad de Écija se registraba, de manera oficial, con el nº RDE 01-16 y nombre Titán de Los Tercios, el primer ejemplar de Dogo Español. Este ejemplar proveniente de las líneas genéticas más controladas de la raza, contaba con una genealogía que permitía retrotraernos 15 generaciones o más, permitiendo retroceder en sus orígenes, hasta el periodo de recuperación de nuestros últimos perros de presas del país, en la norteña comarca de Encartaciones. Hablamos de una genética controlada durante más de 30 años.
Nuestros molosos pesados peninsulares de presa, habían regresado, si es que alguna vez se fueron. Y lo hacían con estatus propio de raza, tal y como había sido durante la primera mitad del pasado siglo XX.
La raza salta nuestras fronteras y comienza a colonizar, con fuerza, principalmente el norte de Europa, fruto de sus envidiables cualidades psico-físicas y su acentuada rusticidad.
El carácter poliédrico de la raza, le dota de una envidiable polivalencia funcional, haciendo que la misma sea un ideal perro de trabajo, familia, guarda, defensa y caza, en la mayor de las veces, apreciándose todas estas cualidades, a una misma vez, en un mismo individuo.
Motivo este, por el cual, hoy podemos disfrutar viendo como ejemplares de la raza rinden al más alto nivel en entornos tan exigentes como por ejemplo UCO-K9, rehalas de caza mayor y núcleos familiares, mostrándose en este último caso como ideales protectores, especialmente, de los más pequeños del hogar.
Desde el punto de vista de la distribución poblacional, cabría destacar Noruega; país que a día de hoy cuenta con más del 22% de la población censada, posicionándose como el segundo país de referencia de la raza y bastión fundamental de la misma, especialmente a lo que al norte europeo se refiere.
Además, con el fin de afianzar una población con proyección de futuro y relevante, tanto cuantitativa como cualitativamente, los aficionados de dicho país, atendiendo siempre a las recomendaciones emitidas por el Club y muy especialmente de su Comisión de Cría, han procurado que sus ejemplares iniciales e incorporaciones posteriores provinieran de las líneas genéticas más depuradas y trabajadas durante generaciones, en España. Francamente han hecho y siguen haciendo un trabajo serio y muy comprometido con la raza.
Pero no conviene perder la perspectiva de la realidad, ni pensar que la raza ya tiene el firmamento bajo sus pies. La situación sigue siendo crítica, de extrema fragilidad, principalmente por lo exiguo de su población. Y cuando hablamos de su población no nos referimos a la misma en su conjunto, que también. Nos referimos, principalmente, a ese sector de la población que proviene de un proceso selectivo, serio, planificado y responsable, desde generaciones, que es por fortuna el predominante en la raza. Por eso el aficionado debe saber que ante cualquier duda, el Club está a su entera disposición para facilitar las aclaraciones oportunas y recomendar camadas o reproductores de la raza. Acudir al C.N.D.E sin duda, nos puede evitar disgustos producidos por el oportunista de turno, que para desgracia, podemos encontrar en cualquier raza.
Por tanto y retomando nuevamente el estado de nuestro Dogo Español. Si queremos salvar de la extinción, de manera definitiva, a nuestra mítica estirpe de perros de presas españoles, pieza fundamental para entender el rompecabezas de los molosos pesados de presa de la facha occidental europea, será necesario redoblar esfuerzos, implicando a cuantos más aficionados mejor y aplicando similar receta en lo que a entidades públicas y privadas se refiere. Toda ayuda es poca, por pequeña que parezca. Un mero aficionado poniendo un ejemplar en su casa, supone una enorme contribución a la causa.
Pese a que se llevan encadenados varios años de sólido crecimiento poblacional y de calidad de los ejemplares registrados oficialmente, no es momento para cantar victoria ni cabe relajación alguna.
Los objetivos más inmediatos a día de hoy, son por un lado consolidar un lote mínimo de 100 ejemplares censados con genealogías completas (mínimo tres generaciones) y oficialmente controladas y por otro contar con un banco genético de la raza. Además, el Club pondrá en marcha durante el 2018 una serie de iniciativas con el fin de fomentar la difusión del la crianza de calidad. Para ello, entre otras cosas, el aficionado podrá contar con reproductores y camadas recomendadas por la Comisión de Cría del Club, tal y como ya hemos mencionado.
Otro campo a labrar, es el de la difusión y acercamiento de la raza al público en general, más conociendo la capacidad de la misma para ganar adeptos en el contacto cuerpo a cuerpo. Detrás de este soberbio coloso se esconde un pozo de equilibrio y nobleza que difícilmente encontraremos en otras razas similares. Para ello la participación en medios de referencias como este y los eventos que se organizan periódicamente, ya sean monográficas, exposiciones, concentraciones etc., son vitales para este determinante fin.
Para finalizar solo decir que la consolidación del dogo español, supondrá el colofón del proceso de recuperación de nuestras razas autóctonas de presa, iniciado a finales del pasado siglo, evento que supuso el comienzo de una desvertebración y adecuación al concepto moderno de raza, de todas las tipologías de este tipo de perros, que de manera histórica han sido referenciadas y reconocidas en España, desde hace siglos.
El dogo español cerrará ese círculo que con tanta naturalidad cerraron hace tiempo otros países de nuestro entorno, enriqueciendo y ayudando a posicionar donde corresponde, nuevamente, a un país que siempre fue un referente por la calidad y diversidad de sus razas caninas autóctonas.


Club Nacional del Dogo Español (C.N.D.E.)